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Monica Armani

Desde Trento, una pequeña ciudad al pie de los Alpes italianos, hasta Alicante, la tierra del sol y de la luz. En el camino, y de la mano de la firma B&B Italia, se encuentran dos grandes protagonistas de nuestro tiempo: la diseñadora Monica Armani y el empresario Joaquín Selma. El alicantino ha contado con el talento de Monica para su último proyecto: la creación de su propio aceite de oliva virgen premium: Selma Millenary Olive Oil. Elegancia, estilo atemporal y minimalismo definen sus trabajos, que van desde la arquitectura hasta el diseño industrial. La italiana salta de disciplina con total libertad y facilidad, y su trayectoria, con momentos tan brillantes como la creación de la línea Tosca que ahora edita la firma Tribú, es internacionalmente reconocida. Al hilo de su colaboración con Joaquín Selma conversamos con ella acerca de la especial botella que ha diseñado para el AOVE.

En seguida entra escena su pasión, que le viene de familia: “Mi padre era arquitecto, racionalista, y entre sus maestros están los grandes nombres de la arquitectura". Monica habla de Mies Van der Rohe, el mito que transformó el diseño en el siglo XX. Formada también como arquitecta, ella justifica el salto a diseñar objetos como algo natural. “Siempre he pensado en el proyecto como una visión y una suma de detalles bien estudiados y coordinados entre sí. Por lo tanto, el diseño industrial para mí no es una actividad diferente de mi arquitectura sino una parte importante de la misma”. Con este modo de trabajo, Armani firma una gran colección de objetos, muebles y sistemas que han recorrido el mundo extendiendo su fama a nivel internacional. No es de extrañar viniendo de un país que presume de ser una de las mecas del diseño. “A partir de los años 50’ el diseño en Italia vivió una época de oro gracias a la capacidad manufacturera unida a la genialidad de los emprendedores italianos

y al boom económico de aquel periodo. Se dieron las condiciones para que la escuela de los maestros italianos del diseño pudiese exprimir al máximo su creatividad. Fue un momento mágico, en el que toda nuestra historia, la belleza de las ciudades y de nuestra arquitectura se fundieron en el diseño industrial”. El ADN italiano corre por sus venas, y su forma de crear es ejemplo de ello. “Es difícil describir mi proceso creativo”, justifica, “mi ambición es concebir piezas atemporales, refinadas, siempre modernas. Me concentro en conseguir el equilibrio entre la máxima del famoso Van der Rohe: ‘menos es más’ y la complejidad de las posibilidades tecnológicas de nuestro tiempo”. Con esta premisa, Monica Armani ha llegado hasta el encargo de Joaquín Selma.

Monica y Selma

Sobre sus hombros ha recaído la responsabilidad de vestir el producto, y presentarlo con un recipiente exclusivo que plasmase el espíritu del proyecto, diseñando tanto el formato de la botella como otros elementos complementarios del “pack del gourmet". Junto al equipo de trabajo, han creado un balance perfecto para Selma Millenary Olive Oil, síntesis de tradición y tecnología. El resultado es un objeto agradable a la vista y al tacto, con una etiqueta que resalta las formas geométricas y crea un efecto sorprendente. Tal y como cuenta Monica Armani, este encargo ha sido una interpretación de las ideas de Selma, “Joaquín es un gran experto en diseño, con una gran pasión por el cultivo de la oliva, ligada a su tierra y a su familia. Es un gran observador, y su habilidad consiste en reelaborar las cosas que suceden a través de sus experiencias. Yo comparto su vision, y nos une una estima recíproca desde hace tiempo”.